domingo, 10 de junio de 2012

Sam

Mi amiga Irene me ha llamado llorando. Su novia está en coma. 


Irene lleva seis meses con una chica. La chica (no me acuerdo de su nombre) está siempre con la sonrisa en la cara. No hay nada que le preocupe. Es muy fácil hablar con ella. Solo la he visto en tres ocasiones por la huerta. 
No sé mucho más de ella, salvo que tiene un hermano que según todas las chicas es muy atractivo. 


Al principio me extrañó que Irene saliera con ella, porque Irene es una de esas personas que, ven la botella medio vacía y se suele ahogar en un vaso. 


Desde que la conozco ha estado siempre triste. Que si mira que barriga, qué asco de vida, que mierda de clase, que mal estoy, nunca voy a encontrar el amor, nadie me quiere, el amor no existe, voy a suspender todo, no tendría que haber nacido...


Lo sé, insufrible. Cuando llevas unos meses tratando con ella te acostumbras a desconectar y a asentir automáticamente. Lo malo es que te pregunte "¿Tu qué crees?"
Entonces ya ahí la hemos liado. 


No sé por qué ha cogido tanta confianza conmigo. Supongo que será porque no hablo mucho y no la interrumpo o paso de ella. 


La verdad es que ahora si que le daría un abrazo. Que tu pareja esté en coma...tiene que ser horrible. 
Incluso peor que la muerte. Su vida está en tus manos. Ves como envejece con el paso de los años, y como envejeces tú, pero tu corazón se ha quedado estancado. 


Hoy me voy con ella a la huerta. La apoyaré un poco, pero primero tengo que emborracharme, soy buena, pero no masoca. 

Luz

Esta noche tuve el mismo sueño. La frase  "vente conmigo" me persigue durante todo el día. 
Incluso despierta veo la sombra. Detrás de una puerta, sentada en el autobús, mirándome por la ventana...es solo un instante. Luego vuelvo a mirar y no hay nada. Nadie que me diga ven conmigo. 
No sé si será a causa de ese sueño, pero ultimamente me siento un poco nostálgica. Recuerdo besos, caricias, conversaciones, peleas tontas, noches a escondidas, amores prohibidos, luchas en el césped...
Cada uno de esos momentos con una persona distinta, como si hubiera tenido una relación durante toda la vida con el amor y no con las personas. Como si nunca hubiera estado sola. 
Nunca lo he estado.


No estoy acostumbrada a estar sola. A no tener a nadie a quien decirle buenos días. A nadie por quien ponerme guapa, a nadie por el que luchar. 


Creo que la soledad no es buena compañía. Me hace desvariar, me hace sentir un poco mal. 
¿Nadie me necesita? 


Me da igual que me digan dependiente. Lo soy. Algunos fuman, otros beben, otros necesitan de algún instrumento...yo necesito el motivo para fumar, para beber y para tocar, que casi siempre es el amor.




Cuando estás enamorado eres capaz de hacer lo más heroico como lo más cobarde. Puedes sentirte héroe o villano. Correspondido  o  ignorado. 
Estamos hechos para el amor. Sin amor, ¿Qué nos queda en la vida, salvo tiempo?
Sin amor no habría odio, ni ira, ni envidia, ni alegría. Nada. 
Así me siento yo ahora. Completamente vacía. Desesperada por encontrar a alguien que me necesite. 


Desesperada por sentir unos brazos rodeándome por la espalda mientras cocino. 
Unos pies que me incordien mientras leo.
Una guitarra que suene mientras duermo.


Una respiración en una cama pequeña, un latido de un corazón pausado, tranquilo. 
Un beso en la nuca, que me envuelva de escalofríos.






Hoy salgo, si o si. No puedo quedarme más en el piso. Sola, viendo películas románticas. 

David

Como decirlo sin que parezca enfadado, o sorprendido, o contrario. Ayer pasé todo el día en el hospital, y me salí un rato a tomar un café y a comer algo. Cuando volví, había una chavala en la habitación, mirando a mi hermana. Supuse que era una amiga o una compañera de clase, así que me quedé al lado de la puerta para no interrumpir. Ella estuvo un rato callada, sin acercarse mucho a la cama, mirando fijamente a mi hermana. 
Luego, empezó a hablar, y me sentí culpable por estar escuchando.


-Tienes que despertar, tenemos muchas cosas que hacer todavía. Me prometiste...me prometiste que estarías a mi lado siempre. Y que nunca me harías daño. Pues despierta, porque sin tí ahora estoy desprotegida. Los días son largos, las clases no merecen la pena, porque cuando te busco entre los demás no te encuentro. 


Hizo una pausa y comenzó a sollozar. Se sonó los mocos, y le cogió la mano. 


No puedo quitarme la escena de la cabeza.


-¿Te acuerdas cuando me dijiste que pasara lo que pasara, y pensaran lo que pensaran, el amor podía con todo?  "Pase lo que pase, hasta el final de los tiempos" ¿Dónde estás ahora? ¡¿Dónde está ese amor?!...¿Que no puede con un simple sueño?. Extraño tanto tus besos, como se extraña un brazo, una pierna o el mismo aire. 


-¿Quién eres tú?
Si, se me escapó la pregunta. Estaba desconcertado...furioso por sentirme ignorante, asustado y emocionado al mismo tiempo. 


La chica se giró y se tapó la boca. Luego, se enjugó las lágrimas y agachó la cabeza


-Hola David. Soy Irene. Soy...era...la novia de tu hermana.
-¿Por qué hablas en pasado? 
-Porque ella ya no está aquí.
-¿Cómo que la novia?
-Hace seis meses...me dijo que sentía algo por mí y empezamos a salir. 


Mi hermana, lesbiana, y en coma. 


Eché educadamente a Irene de allí. Y me senté en el sillón. No es que sea homófobo, es solo que Sara nunca me lo contó. Yo confiaba en ella. Yo le contaba todo...


¿Cómo se tendría que haber sentido? Aunque ahora está "aceptado" lo de la homosexualidad, mi madre nunca fue muy progre. 
Ahora entiendo por qué cuando se hablaba de esos temas en casa ella no decía palabra. Y ahora, no puedo decirle lo mucho que siento no haberme dado cuenta antes. 


Pero, no iba a soportar que una tía dijera que se había ido. Ella seguía aquí. La veía con mis propios ojos, la podía tocar. Quizás no me viera ella a mí, pero yo sí a ella. Y por nada me rendiría. 






Mañana tengo que trabajar. Creo que quedaré antes con la gente porque si no comenzarán a preguntar. 
Mañana va a ser difícil, pero no imposible.

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