lunes, 13 de enero de 2014

Sam

El gato atropellado.

Es muy difícil mantener la continuidad con el diario. Apenas tenemos tiempo para dormir. Ensayamos, tocamos en diferentes bares, comemos y al hotel de nuevo. Las pocas veces que veo la luz del sol son a la hora del desayuno y al entrar al ensayo. Dos momentos cálidos y confortables. 

No sé cuánto tiempo llevamos fuera de casa. Casi nunca hablo con mis padres, y tampoco con Irene, David o Luz. Pienso en llamarlos, pero no sé qué decirles. No sé cómo explicarle a David que le echo de menos, y a Luz que su querido amor se está acostando con otra. Soy incapaz de contárselo.

Cada día que pasa odio más a Gabriel. Se ha convertido en un ser infernal, en un hombre sucio y rastrero, que lo único que hace es mirar su reflejo. ¿Cómo ha podido olvidar tan fácilmente a Luz? ¿Cómo es capaz de dormir con otra mujer? Siempre ha sido liberal pero esto es sobrepasarse. ¿No piensa que le puede estar haciendo daño? No, claro que no. Solo piensa en la chica de la mirada felina. 

Pues la gatita ha terminado atropellada en el arcén, metafóricamente hablando. No soy de naturaleza mala, y si no fuera por el aprecio que le tengo a la pija nunca lo habría hecho. Pero no me parece bien que ella no sepa a lo que se enfrenta. No fue difícil encontrarla. Su fama la precede. Aproveché la mañana que Gabriel acompañó a Luo a hacer la compra. Cristina estaba sentada en las escaleras de su casa, hablando por teléfono. A medida que me acerqué escuché fragmentos de la conversación, que no me gustaron nada. Hablaba de un "batería" que estaba loquito por ella y que cuando terminara la gira se iban a ir a vivir juntos. 
Francamente no me esperaba eso de Gabriel. Si era cierto, había llegado a un punto que no iba a tolerar. 

-¡Eh, tú! 
-¿Qué quieres?
-Eres Cristina, ¿verdad?
-¿Y a ti qué te importa?
-Me importa porque te estás acostando con mi hombre.
-¿Qué?
-Sí. Tu querido "batería" está ocupado. Así que te recomiendo que te alejes de él si no quieres problemas.
-¿Y los problemas me los vas a causar tú? ¡JA!

Cristina comenzó a reírse de manera forzada y escandalosa. Su voz aguda y chirriante me estaba irritando los oídos. Cuando paró de fingir ser una superwoman la cogí del pelo y la levanté. Cristina me miró sorprendida y comenzó a chillar. Tuve miedo por si salían sus padres o cualquier vecino, pero tenía que acabar lo que había empezado.

-Me vas a escuchar bien, gatita. Te vas a alejar de Gabriel. Y con alejar me refiero a no pisar ni un bar más, a no llamarle, a no mandarle mensajes, a no encontrarte con él por casualidad y a no decirle nada de esta charla. Si te encuentra, le dirás que estás ocupada y que te has cansado de él. ¿Entendido? Como me entere de que has incumplido alguna de estas normas vas a tener un final muy accidentado. Tú verás lo que quieres hacer con tu vida, y si quieres permanecer con la cabeza sobre los hombros.
-Si. Lo...Lo siento.
-Así me gusta. Buena chica.

La solté y me volví al hotel con las rodillas temblando. Lo que acababa de hacer podía costarme años de cárcel. Además, había pagado mi ira con una chica que no tenía culpa de nada. La culpa era de Gabriel. Pero sabía que si ella continuaba cerca de él no lograría hacerlo entrar en razón. No dormí esa noche. 

Desde entonces no ha vuelto a aparecer. He notado cómo Gabriel la buscaba entre el público con la mirada. Y he sonreído para mis adentros. Ojalá me perdone algún día. 

En cuanto a los demás miembros del grupo... Marcos y Bri están juntos. Me resultó muy extraño porque pensaba que Luo era la pareja de Bri. Sin embargo, por lo que he podido notar, me equivocaba. 
Últimamente pasan mucho tiempo juntos. Cuando estamos ensayando se miran a escondidas, y Marcos se sonroja cada vez que Bri hace los coros. Es agradable ver que la vida sigue siendo igual de caprichosa. La bajista con el guitarra. Espero que esta vez tenga otro final. 

Tengo unas ganas horribles de llamar a David. Echo de menos sus locuras, su optimismo y su rostro gentil. A veces sueño que le estoy tocando su pelo rubio enmarañado mientras me abraza. Creía que la distancia iba a hacer que olvidara la noche que pasamos juntos...pero está ocurriendo lo contrario. Cada día que pasa, más ganas tengo de verle. ¿Cuánto falta para volver?¿Cinco meses?¿Seis? 
¿Cuánto falta para...?¿Llegaré a tiempo?

Gabriel

Día 125:

El hueco de la fama

Llevo un mes fuera de casa. El grupo evoluciona bastante bien. Desde el motel "Nuevo horizonte" nos hemos trasladado a un hotel de baja categoría en la periferia de la nueva ciudad. Hemos cambiado un suelo de moqueta manchada y unas paredes mohosas por un suelo de piedra y paredes de ladrillo gracias a la fama que estamos generando. Hemos ido a una veintena de bares y varios teatros. Al principio la recepción no fue muy buena, pero poco a poco los bares se fueron llenando y los teatros se llegaron a colapsar en más de una ocasión. El productor nos ha dicho que una parte de esos beneficios irán para nosotros, para hacer lo que queramos con el dinero. A mí el dinero me da francamente igual. No es que me falte. Pero mi situación no es la misma que la del resto, así que entiendo la alegría que se llevaron los demás al recibir la noticia. 

El día a día es fácil. Levantarse tarde, comer, ensayar, dar una vuelta, cenar, tocar y tener toda la noche para uno solo. Y cuando digo solo no me refiero a falto de compañía. El otro día conocí a una tal Cristina, una chica impresionante. Llevaba una camiseta negra transparente y el pelo corto. Tenía unos ojos felinos que me cautivaron. Estuvo toda la noche bailando en primera fila, sola, sin ninguna vergüenza. Cuando terminamos de tocar se despidió de sus amigas y se me acercó con cierto descaro. Se presentó y me invitó a una copa. De la barra del bar fuimos a su piso, donde me desperté a la mañana siguiente. Cristina dormía a mi lado. Tenía el maquillaje corrido, y los ojos emborronados, pero aún así seguía generando en mí un impulso de atracción. Me vestí rápido y desaparecí de su vista. Pensé que si volvía antes de que los demás se despertaran nadie se daría cuenta de que había pasado la noche fuera. Por desgracia Sam estaba esperándome en la puerta de la habitación. Había sido un poco iluso al pensar que esa panda de cotillas no estaría vigilándome.  

En cuanto me acerqué a la puerta Sam me abofeteó la cara. Tenía odio en la mirada, un odio que nunca antes había visto. Desde que comenzamos la gira Sam se había comportado de manera extraña conmigo. La pillé varias veces mirándome de reojo y murmurando por lo bajo. Y cuando me acercaba a hablar con ella se escabullía.  Un dolor agudo me regresó al mundo. 

-¿Qué haces?¿Estás loca?
-¿Loca? ¿Te parece normal lo que has hecho?
-¿El qué, dormir fuera?¿O acostarme con otra?
-Eres rematadamente imbécil. Y cuando te des cuenta del daño que estás haciendo será tarde. 

En ese momento pensé que quizás Sam no se había olvidado de mí y se sentía celosa. Quizás ella esperaba que ahora que Luz estaba lejos podríamos tener algo. Le cogí las manos y las puse en mi pecho. Luego le sonreí.
-Esa mujer no es nada para mí. Y lo sabes. No sé qué ha cambiado para que no pueda compartir la noche con quien quiera. 
-Gabriel, no sabes...

En ese momento Marcos salió de la habitación frotándose los ojos. Le habíamos despertado con el jaleo. Me dio un codazo y me dijo que si había "descansado". Y de repente recordé el día del karaoke, y sentí en la boca un regusto amargo.

La gira estaba cambiándome. Me había convertido en un hombre de instintos. Olvidé mis sentimientos y mis metas, y me hice prisionero de la fama. El sexo, el alcohol, algunas sustancias no del todo legales, la música...habían llenado mi vida con una falsa felicidad. Pero esa felicidad me llenaba. Quería más. 
Sé que si Luz se entera de lo que estoy haciendo aquí dejaría de esperarme. Pero no me molesta que conozca a otro hombre. Ella es libre, y no pienso ser el único dueño de su corazón. Pero si pienso de verdad así, ¿por qué noté esa amargura en mi boca? Quizás sea la cerveza. 

Después de ese día seguí viendo a Cristina. Nos complementábamos. Era  agresiva y cálida, y tenía un cierto grado de locura que la volvía impredecible. No sabía nada de su vida, y ella tampoco sabía de la mía. Y eso lo hacía más misterioso y apetecible. Hoy he quedado de nuevo con ella. Hasta que me canse, disfrutaré de su compañía. 



David


La verdadera amistad


Han pasado tres semanas desde que se fueron Marcos, Gabriel y Sam. Estarán muy ocupados porque apenas dan señales de vida. De vez en cuando recibo un mensaje de Marcos, contándome que todo va bien...Pero los extraño. Las cosas han cambiado bastante. 
Desde que se fueron Luz no ha vuelto a ser la misma, ni yo tampoco. Nos vemos a menudo, pero la conversación se queda vacía y no sabemos de qué hablar. Cada vez que la miro noto su preocupación. Se está consumiendo. Y no sé qué hacer. 

Extraño cuando quedábamos todos a tomar unas cervezas, o cuando íbamos al Dahm, ese bar que nos convirtió en inseparables...Extraño la frialdad de Gabriel, la sonrisa de Marcos y a Sam. A Sam la extraño muchísimo. Desde la fiesta pirata un sentimiento extraño se ha alojado dentro de mí. Es una sensación indescriptible. Cuando pienso en ella todo desaparece a mi alrededor. Me inunda la tranquilidad y la esperanza. No hay un día que no piense en ella al despertarme. Mi trabajo se encarga de mantenerme ocupado y dejar esos pensamiento de lado. ¿Qué me pasará? Creía que conocí el amor cuando salí con Luz, pero quizás fuera solo amistad. Quizás esto sea el verdadero amor, esta sensación de la que no me puedo librar. Recuerdo sus labios, sus manos en mi cara, su mirada infinita... Esos ojos verdes, ¿cómo olvidarlos? Pero ella no se acuerda de mí. Seguramente fue un error para Sam. 

Por lo que he oído, están causando sensación en el norte. La verdad es que no me lo esperaba. No son malos, pero hay muchos grupos como el suyo. Supongo que no habrán cautivado al público solo con la música. Todos son muy atractivos, e irradian carisma y euforia. Y Gabriel es puro magnetismo. No sé cómo debe sentirse en este momento Luz. Cuando la acompañé a su primera ecografía me quedé atónito. Al principio solo veía una mancha blanca en el centro de la imagen, algo minúsculo. Pero después ví el latido de un corazón. Fue algo impresionante. La vida es tan compleja, y tan fascinante...

Los padres de Luz han decidido apoyarla con su decisión de tener el niño. Por lo que ella me contó al principio no estaban de acuerdo, pero Luz es convincente, y pese al miedo que tiene, defenderá a su hijo hasta la muerte. Sigue viviendo en el piso, y por ahora mantiene el trabajo y los estudios. Espero que no tenga ningún problema en la Universidad cuando se le note la barriga. Sé que estamos en otra época, pero la gente es cruel por naturaleza.

Si yo fuera Gabriel no podría soportar no saber estas cosas. Estoy seguro de que si él supiera que va a ser padre dejaría la gira y se vendría corriendo, para estar al lado de Luz. No entiendo muy bien el motivo para no contárselo. No creo que ningún padre se arrepienta de tener un hijo. Me niego a creer que haya personas que dejen de lado a sus familias solo para cumplir sus sueños. Sé que existen, pero estarán confundidas. No las puedo culpar por eso. 

En cuanto a mi vida, todo sigue igual. La rutina es lo que tiene, no deja que los problemas interfieran en tu día a día. Salgo con mis compañeros de trabajo, mayores que yo, e intento seguir sus conversaciones, aunque no lo termino de conseguir. La política y la historia no son mis puntos fuertes. Se quejan del gobierno, y no entiendo muy bien por qué. Sé que hay algo que falla pero no creo que sea solo el Gobierno. Tal vez mi ignorancia hace que vea hilos y conexiones donde no los hay....pero las empresas, la economía en general es la verdadera culpable de nuestros problemas. El Gobierno es solo un títere en manos de los poderosos. No ven más allá de sus tronos. Tampoco ven que sus pies están gangrenados. Da igual. No sé de política. No puedo opinar.

Se me está haciendo tan largo el verano... El calor asfixia. Ayer superamos los 40 grados y tan solo estamos al comienzo. No me gusta el verano. Apenas se ve gente por la ciudad. Y los pocos que quedan están amargados por no poder irse de vacaciones. Luz me ha ofrecido irme con ella a la playa a principios del mes que viene. No sé si aceptarlo, su padre parece demasiado serio. Cuando lo vi por primera vez se me puso la piel de gallina. Qué ojos más inexpresivos. 

Es el primer verano que pasaré sin Sara. La verdad es que no sé ni cómo he llegado hasta aquí. Supongo que todo es gracias a la ayuda de mis amigos. Aunque ahora estén lejos, los siento cerca de mí. Sam me dijo una vez "Ser amigo no significa ser inseparables, significa que, pese a la distancia, nada cambiará entre ellos". La amistad es no dejar que las cosas cambien. Luchar por los momentos de felicidad y olvidar los momentos dolorosos. No dejaré que la distancia pueda con lo que siento por ellos. No dejaré que unos cuantos kilómetros me dejen sin descubrir lo que siento por Sam.

 Ojalá pudiéramos ir  a verlos...Si no fuera porque es mucho viaje, y porque no paran de moverse de un sitio a otro. Si no fuera porque, para ser sincero, no sé dónde están exactamente. 

Diario :