jueves, 7 de junio de 2012

Luz

Llevo varios días yendo al metro sin tener suerte. No lo he vuelto a ver. Pienso que fue solo una estrella fugaz, una aurora boreal, algo muy hermoso que dura muy poco tiempo. Si estás en el lugar adecuado en el momento oportuno puedes disfrutar de su belleza. 
Aún así no pienso rendirme. Tengo los exámenes de fin de curso, y no voy realmente bien en los estudios, pero pienso visitar el metro todos los días después de clase.  Desde la una hasta las dos y media. Quizás, y solo quizás, vuelva a ver a mi estrella. 

¿Cómo sabes cuando una persona te quiere? Veréis, hay un chico, que conocí el otro día en una fiesta, que quiere quedar conmigo. Es muy guapo. De esos rubios de ojos claros y sonrisa profident. 
Solo hay un problema, y es que temo enamorarme de él y que luego se vaya con otra. 

Es verdad que suelo ligar mucho. Mis amigos dicen que estoy hecha una loba. Cuando lo dicen me río, pero para mis adentros me digo: "Ojalá encontrara a alguien que con el tiempo no se cansara de mí, ni yo de él".
He tenido muchos novios, o como diría mi abuela, muchos novietes. Esos que solo duran un par de semanas. 
Además todos tenían el mismo patrón: pasotas. 

Dicen que solo los malos hacen latir el corazón de una mujer. Pues en mi caso es verdad. Los hombres que no van detrás persiguiéndote, los inalcanzables, los intocables, los impasibles, son mi punto débil.

Luego llega el momento en el que ellos se van, o yo me canso de esperar un poco de cariño. O peor todavía, cuando descubro que su impasibilidad era una fachada y que verdaderamente son dependientes, pegados, babosos...

En definitiva, me siento atraída por los tíos que hacen daño. 
Desde pequeña me aprendí una frase de mi libro favorito: "El amor es no tener que decir lo siento".
Espero que algún día encuentre al hombre que nunca tenga que decirlo. 

Bueno, me toca ir a la facultad. Y justo después....¡metro!


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