jueves, 7 de junio de 2012

David

Me acabo de levantar. Ayer trabajé muchísimo. Tengo todo el cuerpo dolorido y me he descubierto agujetas en músculos que no sabía que tenía. 
Pero la comida me ha alegrado el día. Tallarines con nata y bacon. ¿Qué más puedo pedir?
Dentro de un par de horas he quedado con una chica guapísima. 
La conocí en una fiesta. Alegre, con una voz muy dulce y simpática. Esquivaba a los hombres como nadie jamás. Se le acercaron por lo menos seis, y a todos los rechazaba sin que ellos se dieran cuenta. 
Y bailaba...no podía apartar mis ojos de ella. Y eso que la casa estaba llena de chicas impresionantes, pero es que ella era única.
Conseguí sacarla a pasear un rato. Quería saber si era solo física mi atracción. 
Qué equivocado estaba. Estudia Comunicación Audiovisual. De mayor quiere ser presentadora, reportera e incluso corresponsal. Dice que le da igual, que mientras su familia pueda verla por la tele...

No es de esas pijas superficiales. Es más como, no sé, normal. No habla de ropa, ni de joyas, ni de famosos. 
Habla de guerras, de viajes, de cambiar el mundo...

Pfff...creo que me ha encandilado. A ver qué me pongo. No puedo ir muy formal, pero tampoco puedo ir en chanclas...¿no?

Creo que le voy a preguntar a mi hermana. Aunque está un poco nerviosa por la operación de mañana seguro que me sabe responder. 
Eso sí, apenas podré estar con Luz. Tengo que volver temprano para dormir al lado de Sara. 

¿Cómo le gustarán los chicos? ¿Le importará que no tenga una carrera? Sea como sea, pienso descubrirlo esta tarde. 

¡Allá voy!.¡¡Deseadme suerte!!

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