martes, 11 de diciembre de 2012

David

Un guitarrista frustrado

Las cosas últimamente van muy bien. El trabajo cada día me gusta más. Salgo con mis amigos (que había dejado un poco abandonados) y tonteo con alguna que otra chica. 
Lo que más me ha gustado de estas dos últimas semanas es la amistad que hemos forjado Marcos y yo.
Nunca había tenido a alguien que pudiera entenderme como lo hace él. 
Cuando le conté mi pérdida, su rostro se ensombreció, y me habló de su novia, de su antiguo grupo de música, de una familia que se interpuso y de la muerte de la mujer de su vida y su futuro hijo. Se iban a escapar, pero los padres de ella le impidieron salir de casa. Le apalearon y al día siguiente apareció muerta. 
Marcos me dijo que cuando ella murió él lo notó. Desde entonces ha estado vagando de un sitio a otro, buscando un buen suelo donde caerse muerto. 

Su historia me estremece. Él perdió todo su futuro en un día. Perdió todo. Y sin embargo lo tenía a mi lado, ahora un poco melancólico, pero normalmente sonriendo, esforzándose por quitarse de los vicios. Intentando ser un buen hombre.

Mañana le dejan salir del centro. Es su día libre. Puedes salir un día entre semana y todo el fin de semana. Pero el domingo tiene que estar a las nueve ya en el centro.  Mañana es miércoles. Así que tendrá desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche para poder disfrutar de la ciudad un poco. Creo que voy a llevarlo con mis amigos un rato. Es mayor que yo, pero no creo que haya problema.
Además, creo que hacen una especie de quedada-barbacoa. Así que será perfecto. 
Quizás conozcamos nuestro futuro en esa barbacoa. Quién sabe.
Lo que está claro es que hablaré con alguien para que se lleve una guitarra. No quiero asustarlo, pero con suerte, rodeado de gente, se sienta con fuerzas para tocar de nuevo. 

Y si se le quita el miedo a la guitarra, y vuelve a tocar a diario...ya tengo un buen regalo que hacerle. 
¡A ahorrar se ha dicho!



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