lunes, 3 de septiembre de 2012

Luz

Vamos a ver. Entiendo que esté mal traer un perro a casa sin avisar. Entiendo que un perro grande puede dar susto, y que los perros huelen mal. Pero son necesarios para formar una familia. Todas las películas muestran que una familia perfecta tiene una casa grande, una pareja sonriente, un par de niños correteando por el jardín y un perro.  ¡Coño! Ya solo falta la casa, el hombre y los niños.

Además, no fui yo la que trajo a Conan a casa. Él me siguió y no pude esquivarlo. Y eso que lo intenté. Me metí por callejones estrechos, doblé varias esquinas, me colé en un par de portales...y nada. 
Cuando me rendía me miraba con una carita diciendo...¿tú tampoco me quieres? 
Eso es chantaje.
Al principio se lo llevé a un amigo que buscaba perro, pero le gruñó. Creo que no le gustan los hombres.

Sam me ha echado una bronca brutal. Pero luego bien que la he pillado durmiendo con el perro entre sus brazos. En el séptimo cielo estaba. 


Esta noche viene David a cenar al piso. Cuando se despierte Sam se lo diré para darle tiempo a arreglarse o a irse. Espero que sea lo segundo. No porque me quiera quedar con David a solas...(aunque un poco sí)...sino porque sé que a ella no le va a hacer gracia. "La casa está para nosotras, no para tus amiguitos empollones". 

Nada más pensar que viene hoy el chico que me besó el otro día se me encabrita el corazón. Como dice la canción esa de Marea. 

No estoy enamorada de él...pero tiempo al tiempo. Me hace sentir bien. Me da seguridad. No sé cómo expresarlo. No creo que haya palabras para definir lo que las personas sienten. 

En fin... mucha mierda para mí.

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